Conocimos a Cirne Agetro a finales de febrero en la cola del Museo del Prado, cuando nos preguntó a qué hora abrían con aquella curiosa forma de hablar, que sonaba a castellano antiguo. Luego comentaría que estaba casado con una sefardí, con la que había tenido una hija. Superaba los setenta años. Delgado y fibroso, piel tostada, ojos negros y pelo canoso abundante y largo, que recogía en una coleta y Leer más…
0 commentarios